Alcachofo y la magia negra

La magia negra

Nuestro protagonista consulta a una especie de chamán brasileño

Corría el año 1975 cuando Alcachofo tuvo una de las experiencias más intensas de su vida: su primer contacto con Kareem Becil, un santero afrobrasileiro, que era conocido entre los ambientes de los bajos fondos de Rio de Janeiro con el sobrenombre, más atractivo para alguien que ejerce la santería, de Xenxo Godina Arrigoricoichea.

Hacía tiempo que una idea rondaba la cabeza de Alcachofo de forma casi enfermiza. Alcachofo quería saber si su primera experiencia romántica, y única hasta el momento, había provocado algo parecido a un sentimiento amoroso en la protagonista de la misma. El hecho de que un personaje de 47 años haya mantenido una sóla relación íntima durante su vida puede parecer chocante para algunos de los lectores. Les invitamos a que observen la foto del cantaor y saquen sus propias conclusiones.

El caso es que Benita, la joven sexadora de pollos de origen rumano protagonista del romance, enloqueció misteriosamente después de la fugaz relación. Durante los numerosos vis a vis que había mantenido Alcachofo con ella en el cottolengo de Chipiona, Alcachofo había preguntado en reiteradas ocasiones a Benita si "le había molao el rollito". Benita no entendía esta frase, no porque no estuviera en la onda, sino por que sólo hablaba rumano.

Bueno, la reunión con Kareem Becil tuvo lugar en la favela que el brujo poseía en una ladera del Pao de Azucar.

El santero comenzó por arrancarle el cuello a una gallina (no se sabe si macho o hembra) de un mordisco. Después de quitarse con seda dental una pluma que se le había quedado enganchada entre un canino y un incisivo, machacó la cabeza de un conejo sobre una losa de piedra con un mazo de 22 kilogramos. Acto seguido echó cebralín en una cortina que acababa de comprar en Ikea y que se había manchado con sangre de conejo. Después comenzó a proferir unos terribles alaridos a 1,21 gigowatios de volumen para atraer la atención de las divinidades (aunque lo que consiguió fué cabrear a los vecinos). Después hizo gárgaras con Betadine para recuperar la voz. Y finalmente le dijo a Alcachofo que si, que a Benita le había molao, y preparó una factura a Alcachofo que este le introdució en la boca de un puñetazo, no sin antes acordarse de si árbol genealógico.